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Las ruinas del antiguo Convento de San Joaquín en Paiporta, un edificio histórico del siglo XVI, se han convertido en su parte interior de su fachada en un improvisado vertedero de trastos viejos, enseres y escombros. El aspecto es dantesco y más bien parece un “ecoparque” descontrolado, que un monumento que data de 1595, fecha en que fue fundado el Convento por Doña Elionor Pons de Pallars, siendo renovado a principio del siglo XVIII y desamortizado de los bienes eclesiásticos en 1838, lo que supuso la venta y destrucción del edificio. En palabras del portavoz de Independientes por Paiporta, Andrés Santo, llama poderosamente la atención que no hace mucho tiempo el propio Ayuntamiento de Paiporta coloco una señal información vial en la misma fachada del Convento de San Joaquín, en la que una de sus indicaciones apunta al edificio como un lugar histórico. Por lo que parece, ni la concejal de Urbanismo, Isabel Chisbert, ni la concejal de Interior, Esther Gil, se dignaron mirar en el interior de las ruinas, o tal vez, lo que pasa es que las ediles no se acercaron, ni se acercan por otros lugares que no sean sus propios y cómodos despachos oficiales.
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